Un tipo muy común de estas plantas es la hiedra, un arbusto de hoja perenne que tiene sus raíces aéreas auto adherentes.
Según la especie pueden tener hojas completamente verdes o con manchas blancas o grisáceas, como la hedera glacier. Si la cuidas correctamente puede llegar a alcanzar los 20 metros, por lo que te recomendamos tomar nota de estos consejos:
Este tipo de plantas suelen utilizarse para decorar muros, paredes o verjas, y para ello habrá que guiar los tallos jóvenes con unas bridas o un cordel, para que vayan creciendo y envuelvan la zona que queremos cubrir. También es muy recomendable podarla con regularidad para mantener su forma y su tamaño.
El ambiente ideal para la hiedra debe ser fresco, entre los 14 y los 18 grados, aunque también tolera las bajas temperaturas. Eso sí, ten cuidado con las heladas. Las enredaderas suelen crecer en zonas sombrías, por lo que tendrás que buscar un sitio a la sombra ya que recibe demasiada luz las hojas perderán su color verde brillante.
Un caso aparte es el de las variedades que presentan manchas en sus hojas o tienen un color más grisaceo como la hiedra glacier. Entonces tendrás que ubicarlas fuera del sol pero en un lugar bastante iluminado. Si no lo haces sus hojas se volverán oscuras y perderán sus característicos tonos claros.
El riego debe ser regular pero no excesivo, porque el abuso de agua podría ennegrecer las hojas y los tallos. Lo mejor es que la riegues cada tres o cuatro días en verano y una vez por semana en invierno. En los meses de más calor conviene rociar las hojas con frecuencia para mantener una buena humedad ambiental, sino sus hojas podrían secarse y arrugarse o volverse amarillas.
Un consejo muy importante para mantener tu enredadera es podarla con regularidad para mejorar su aspecto y darle una forma más compacta. La hiedra es una planta fácil de cuidar ya que es muy resistente a las inclemencias del tiempo, así que no dudes en decorar las paredes exteriores de tu casa con una enredadera como ésta.