Sin embargo si quieres que tu potus tenga un aspecto perfecto tienes que seguir estos consejos que daremos.
Procura situarlo en una zona iluminada pero que no tenga sol directo. Cuanta más luz tenga más rápido crecerá y más bonito estará.
En cuanto a la temperatura, intenta que esté entre los 13 y los 24 grados porque por encima o por debajo acusará la temperatura y no se desarrollará bien. El potus es una planta tropical, así que como tal necesita mucha humedad.
Esto no quiere decir que la reguemos en exceso, ya que si lo hacemos la planta rechazará tanto agua y aparecerán manchas marrones en sus hojas.
Debemos regarla cada cinco días en verano y cada diez en invierno, pero por si acaso comprueba la humedad de la tierra antes de hacerlo. Como hemos dicho antes, el potus necesita humedad. ¿Cómo lo conseguimos?
Podemos pulverizar agua a menudo para que consiga el grado de humedad necesario. Otro truco si nuestra planta no está colgada y la tenemos sobre un plato es colocar piedritas y colocar sobre éstas el tiesto o maceta.
Echaremos agua en el plato y como la maceta esta alzada sobre las piedras no absorberá el liquido pero sí se beneficiará de la humedad que se produce por la evaporación del agua de este plato.
En cuanto al abono, va en relación por el crecimiento de la planta, ya que si crece muy deprisa necesitará más nutrientes. Lo que sí tienes que tener en cuenta es que no es conveniente cambiarla a menudo de maceta, así que intenta que esta operación se produzca en torno a los 2 años con mucho.
Por último, una curiosidad: El potus es una planta muy fácil de reproducir y con un esqueje metido en agua podrás conseguir otra planta igual a la que tenía en casa.
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