La acelga se adapta muy bien al clima, aunque hay que evitar las bajas temperaturas. Para que su desarrollo sea el adecuado hay que regarla con mucha agua y en dosis constantes.
En siembra directa es recomendable plantar las semillas en surcos. Primero aplanaremos la parte más elevada del surco y después con la ayuda de una paleta haremos los agujeros en donde plantaremos las semillas de acelga a unos tres centímetros de profundidad, dejando una distancia de 12 a 15 centímetros entre cada uno de los agujeros.
Una vez introducidas las semillas las regaremos, volviendo a hacer la forma de surco cuando las tapemos con la tierra.
La acelga puede empezar a recogerse cuando sus hojas superen los 15 centímetros de longitud, empezando la recolección por las hojas externas de la planta e intentando arrancar la penca lo más cerca posible del tallo.
La temporada de recolección de las acelgas puede alargarse entre cuatro y cinco meses.
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