Lo mejor es que en invierno permanezca en un sitio lo más iluminado posible y en verano la cambies a otro con media sombra. A la hora de regarla procura que el agua esté a la temperatura ambiente de la habitación y échala directamente sobre la tierra, evitando mojar las flores.
El espatifilo necesita que se lo riegue abundantemente, entre dos y tres veces por semana durante el verano ya que es la época de máximo crecimiento y floración, pero en invierno bastará con una vez por semana. Para saber si necesita agua toca el compost con los dedos y se desmenuza la planta necesita riego.
Este tipo de planta de interior necesita mantener constantemente la humedad tanto en tierra como en ambiente. Para ello puedes pulverizar las hojas con agua tibia, sobre todo en verano y en habitaciones de ambiente seco o con calefacción.
Otra opción es poner la maceta sobre un plato con piedras y un poco de agua en el fondo, sin que los guijarros estén completamente sumergidos. Su origen tropical hace que el espatifilo necesite una temperatura cálida y estable entre 18 y 25 grados durante todo el año.
También conviene evitar las corrientes de aire frío y vigilar la humedad de la planta en los meses de más calor. Si sigues estos consejos la planta de espatifilo crecerá muy rápidamente, y de hecho es aconsejable abonarla en verano disolviendo abono liquido en el agua de riego y trasplantarla en primavera.
Aunque no es necesario podarla, sí conviene dividirla cada tres o cuatro años para asegurar su longevidad. Además puedes cortar sus flores a ras de la base y utilizarlas como decoración ya que permanecen frescas varios días. Teniendo en cuenta estos cuidados básicos podrás tener una planta como el espatifilo que alegre tu casa durante mucho tiempo.
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