Hasta hace poco se pensaba que en la nariz de los mamíferos y en las antenas de los insectos (en este caso los mosquitos) hay una especie de proteínas llamadas Receptores de Olor (RO), cuando las RO se ponen en contacto con moléculas olorosas, activan los nervios que señalan la detección de olores específicos al cerebro. Con este hallazgo se descubrió que los insectos funcionan distintos:
Además de tener Ros los insectos poseen un co-receptor único para cada olor, llamado coRO.
Luego de largas sesiones de experimentos y pruebas, lograron descubrir la molécula capaz de estimular el co-receptor olfatorio. La llamaron VUAA1.
Ahora sólo se trata de usar esta increíble capacidad de esta nueva molécula y convertirla en un producto antimosquito que pueda llegar hasta los productos comerciales, que por cierto, ya hay varias empresas muy interesadas.
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