Moscas

Cuando se trata de molestias, no hay como las moscas; quién no ha sufrido la pertinaz persecución de este insecto mientras leía un libro, o conversaba con alguien. Maestras en el arte de insistir y de distraernos.

Nos exaspera su insistencia y a muchos nos preocupa su presencia. La creencia popular las asocia con las enfermedades y la muerte (no en vano eran una de las 7 plagas de Egipto).





Raramente se comenta, salvo en el ámbito científico, pero en su estado larval se las usan tanto en animales como en seres humanos.

En algunos casos con el fin de limpiar tejidos específicos en estado de necrosis, los médicos introducen larvas de moscas, vivas (una vez esterilizadas) para ayudar en la curación.

A pesar que cumplen un papel importantísimo en los ecosistemas, como ayudar a la eliminación de cadáveres de animales, descomponer la materia orgánica (entre otra la materia fecal), puede por esto mismo, engendrar grandes riesgos para la población humana, ya que al posarse en la última materia mencionada, puede propagar enfermedades infecciosas, como la fiebre tifoidea, la disentería o el cólera.

mosca de la fruta

El ganado en general, sufre su presencia (epizootia) en heridas abiertas que si no son atendidas a su debido tiempo pueden llevar a la muerte del individuo.

Las moscas con las que convivimos llegan a vivir tres semanas, y la mayor actividad la realizan en verano.

Para combatirlas, como en cualquier combate con los insectos en general, la higiene es primordial. Podremos elegir entre dos arsenales: el químico y el biológico. Es más seguro y recomendable este último.

Veamos ahora cómo fabricar un práctico matamoscas casero