Muchas personas asocian el término desinfección con el ataque que llevamos a cabo contra micro-organismos desarrollándose en nuestro cuerpo, cuando en realidad, técnicamente, desinfección es el proceso químico o físico para matar o inhibir el desarrollo de patógenos, como protozoos, virus y bacterias que se encuentren en material inorgánico, como el instrumental quirúrgico, entre otros.
Hay algunas superficies que nos interesa desinfectar particularmente por que pueden ser el entorno ideal para el desarrollo de patógenos, como las instalaciones sanitarias, tanto hospitalarias como domésticas, (tal es el caso de los aseos), o la cocina.
Todos conocemos, gracias a la difusión de consejos desde el área de administración sanitaria de nuestros países, la importancia de la desinfección del agua como modo de prevenir epidemias, como el cólera. Unas gotas de cloro, pueden evitar grandes males.
Aunque la desinfección del agua no es exclusivamente química sino que pueden utilizarse métodos físicos, como la ebullición, la aplicación de rayos ultravioletas o el filtrado.
Es importante no confundir a los desinfectantes con los llamados “sanitizantes”, que son en realidad productos que disminuyen la presencia de micro-organismos dejándolos en un nivel seguro pero de ningún modo exterminándolos.
Teniendo en cuenta que “somos agua” mayormente, queda de manifiesto la importancia de ingerir agua de calidad. Para ello la desinfección de la misma debe realizarse con productos y métodos aprobados por las autoridades sanitarias, con el fin de evitar que el remedio sea peor que la enfermedad.
métodos para desinfectar el agua
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